24.12.11

Llovía en la noche o quizá más bien granizaba, no me fijé. Qué le vamos a hacer; es lo que solía decir Kath.
Sé que a ella le dan miedo las noches tormentosas y por eso se tiró casi toda la noche en vela. 

Cuando amaneció, la vi plácidamente dormida aunque esta vez no sonreía. Esta vez  la encontré con los surcos de unas lágrimas constantes. Intenté limpiárselas pero con tan mala suerte que me abofeteó (mera autodefensa) y a continuación se despertó sobresaltándose.
- ¿Te he hecho daño?¿Te duele?- Me preguntó.
- No, preciosa- sonreí. -Lo único que me duele es el alma de saber que no paraste de llorar y que no hice nada para impedirlo- pensé.


17.12.11

¿No tienes suficiente, verdad? No paras hasta que sientes que eres la dueña del aire que necesitan, buscando los medios necesarios para conseguirlo, sea como sea.
Das asco maldita zorra.

5.11.11

Sus voces estallaban sin cesar en su cabeza. Cada frase y cada palabra hiriente se repetía una y otra vez, desgarrando sin ninguna compasión todo lo bueno que ella contenía. Cada fallo se incrustaba más y más allí dónde todo duele mucho y no puedes remediar el echo de no parar de llorar.
Mily por un lado no paraba de decirle que dejara que el viento se lo llevara todo, que ya había pasado y que no era para tanto. Que solo fue un día malo...(Mily siempre ha mentido cuando Kath ha estado corrompida y por eso se que esta vez está mintiendo más que nunca)
Por otro, Kath solo le decía que saliera corriendo, que hiciera todas esas cosas que no debe hacer una persona cuando está mal, le decía que les odiase y mucho porque no tienen razón por muy mayores que sean. Que no sabían y que no querían escuchar, que solo se importaban a ellos mismos.
Con todos estos argumentos debo admitir que ella les odió, aunque solo fuera un poco.




-Lo que le falta a mi niña es cariño, ¿verdad?

31.10.11

Mily se volvió pastelera.

Todo comenzó cuando habló con Cupido. Le comentó todas las consecuencias que podía acarrear el volver a besarla, pero eso a ella no le importaba ya que era su anestesia y le hacía estar bien.
Lo único que Mily no soportaba eran esos momentos en los que sus mentes se entrelazaban y se preparaban media hora antes para ese maldito punto y aparte que traía consigo la ausencia. Solo quedaban un millón de suspiros y besos acumulados hasta la próxima vez.
¿Y qué hacía Mily mientras ella no estaba? Porque no quería llorar, ni desesperarse. Entonces lo que podía hacer era ahogar sus penas entre azúcar y limón.




(Ya fueron muchos los relojes que rompió solo para que el tiempo pasara más y más deprisa, porque la espera la consumía lentamente y ya con quedarte embelesada mirando al teclado y pensar en otra cosa que no fuera ella, no valía. Porque está en cada punto de su habitación, de su cama, de su mente e incluso de su cuerpo. Se dio cuenta del echo de que no podía separarse de ella ni un solo momento)

18.10.11

Miedo, tan "simple" como eso.

¿Has escuchado alguna vez la expresión: "tengo los huevos de corbata"?
Pues bien, si yo hoy fuera un tío, me estaría atragantando con ellos.
Que por qué, te preguntarás. Todo es a causa del miedo que tengo. Ese maldito miedo que se te enreda en el estómago y no te deja, ése que tanto conoces. 
Ni la velocidad del viento lo ha arrastrado a otro lugar, ni siquiera cuando he decidido pedalear más y más rápido para que me dejara. Únicamente me ha dejado en paz cuando me he dado cuenta de que el dolor de mis piernas era más agudo que el miedo. 
Y es que no puedo soportar la incertidumbre que me quiere acompañar día a día. El echo de no saber si el mañana aparecerá totalmente nublado y no hubiera más sol o que ni siquiera quisiera soñarte ni quererte.
Que estoy acojonada joder. MUY ACOJONADA.
Que lo único que quiero es que el resultado de tú+yo sea un de por vida elevado a infinito más uno.
Que te quiero Laura Carrillo. T-E--Q-U-I-E-R-O.
Pero es ese miedo lo que me paraliza muchas veces.

14.10.11

Carta



Tantísimo en un pequeño bote, todo guardado para que no vuele.
Hay cosas de la Guardiana, como las estrellas (junto a éstas su propia estela (porque es muy difícil atrapar una estrella sin llevarte su estela)) y alguno de sus cascabeles.
También hay cosas de Smaer. Sus plumas, esos magníficos objetos que lleva en su espada y que le dan fuerzas para hacer casi todo.
Quería que recordaras todos los maravillosos momentos que hemos pasado, pero claro, eso sería motivo para echarme de menos y no me apetece que te entristezcas, así que cuenta las mil historias del paladín Smaer y no le des tiempo a la añoranza. (Poorfaaa... cuéntalas, quiero leerlas *^*).
Y bueno... Yo también te echaré de menos, créeme.


                                                         Vuelve. Te necesito para volver a mi mundo maravilloso
                                                         porque sin pretenderlo, te convertiste en una de las puertas 
                                                         que me transportan allí.   




                                         Lorena


·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·




Se fue. Y no sé si para siempre...


-¿Dónde dejaste tirada tu espada? 
El pequeño señaló una habitación donde solo había negrura y ninguna manera de encender una mínima chispa con la que poder vislumbrar algo.
-¿Me la puedes coger tú? Es que tengo miedo.
-NO.
-Bueno no importa. ¡Solo era de juguete! Compraré otra.- El niño sonrió mientras ella se daba cuenta de lo que estaba sucediendo.
-Ah... ¿que no era de verdad? Vale, bien... ¿Y la de verdad?- Dijo casi cabreada.
-Se me perdió.
Un silencio demasiado pesado se hizo notar. En el interior de ella empezó a reverberar la peor de las llamas. Crispada y furiosa no pudo contenerse y le dio una bofetada al niño.
-¡¡Ve a buscar tu maldita espada y se lo que tengas que ser, YA!!
                                             

8.10.11

En verdad se de sobra que todos aquellos arboles le olvidaron y dejaron de esperar los otoños en donde ella aparecía para recoger sus hojas.

1.10.11

-¡Claro imbécil! ¡Claro que tengo miedo! Miedo de coger ese avión, miedo de estar allí sola.
- Y ¿cómo lo sobrellevas?
- Llamando a Eyphímera, claro.
- Pero... Si eso ya está olvidado ¿por qué tus ojos me siguen diciendo que estás acojonada?- le escruta de hito en hito la mirada.
De repente surge un silencio muy pesado que atraviesa toda la calle. Ella mira únicamente al suelo.
- Porque este miedo es el que se despierta conmigo, el que me acompaña día a día y sobre el que Eyphímera no tiene apenas poder.
Porque atraviesa mi garganta y me asfixia. Hace que, con lágrimas recorriendo mi cara y sin apenas aire dentro de mí, caiga al suelo mientras pasan los segundos más largos de mi vida. 
Ahí mi subconsciente me obliga a olvidar mis pulmones. Me dice que no estoy en el suelo llorando... Me dice que lo olvide, que me levante y siga, como lo hago siempre.
Y lo consigo; vuelvo a respirar.
- Pero... ¿por qué sientes esto?
Largo silencio. 
- Porque quizá, sin quererlo, vuelva a dejar de jugar a las princesas.








Click beibi! ;)

18.9.11


Pero justo antes de rozar las piedras afiladas y quedar físicamente destrozada, se le apareció algo. Era una luz muy intensa, de colores extraños. La sujetó y meciéndola, la llevó hasta un lugar seguro.
- No hagas jamás eso.- Dijo el resplandor- No vuelvas a sentenciar tu vida. No quiero ver cómo mueren tus ganas por todo y menos aún quiero verte llorar.
En ese momento se alejó casi a la velocidad de la luz.
- Desde aquí parece una estrella...- Dijo M y al instante palideció a causa de haber recordado lo que una vez le dijeron:
- "Lo único que debilita a las estrellas son sus propias lágrimas"

16.9.11

la última historia: una de traición.

Traición... Traición... Traición...
Lo único que resonaba en mi cabeza.


Dolor... Dolor... Dolor y más dolor...
Gritaba mi alma.


Pero por suerte el corazón no decía nada, no, esta vez no. Esta vez no gritaba, no sangraba, no lloraba, no dolía. Esta vez era vacío lo que resonaba en su interior.
Y yo, sonreía.




Esta vez (y quiero que sea así) sera la última que hable sobre esa estrella fugaz. Ya no habrá mas historias con  esta etiqueta. Él me echó un pulso y ahora, gané yo.

13.9.11

Que la noche pinta larga y yo no tengo ganas de escribir sonetos de amor. Se escaparon, las ganas de amar se marcharon cuando abrí esa ventana y el aire me arrebató lo poco que tenía.
Y que lo que antaño tanto odié ahora lo echo de menos, pero supongo que para eso ya no hay mas oportunidades.

9.9.11

- Estás cambiando querida y me está dando asco- dijo casi enfadada y justo con esos ojos en los que, quién los mire, no se puede escapar de la culpabilidad. 
Por un momento la habitación se llenó de silencio.
- Andas aquí y allí, sin saber ya dónde mirar.
- Pero es que no me siento plenamente llena en ningún lugar al que visito.
- ¿Es que no te das cuenta de que aquí no estás tu sola? Son mas personas las que pasan a tu alrededor y a veces, ni te fijas en lo que sus ojos reflejan, porque para qué lo vas a hacer ¿verdad? ¿Para qué vas a hacer eso cuando puedes mirarte solo a ti misma en un espejo?
De repente, se dio cuenta de lo que ocurría.

26.8.11

Esa noche odié quedarme en esta casa. 
¿Mis razones? Mirase donde mirase, faltaba algo. Como por ejemplo, a esa pared, le faltaba una espalda que esperaba ser aplastada contra ella, a ese suelo le faltaban unos pies que no esperaban de muy buena gana un roce que les hicieran desaparecer del lugar de donde reposaban, a esa cama le faltaba un cuerpo, SU cuerpo.
Os lo podéis imaginar. Esto es de locos, hay vacío donde nadie lo ve. Pero en fin, entre tú y yo, debes saber que estoy rematadamente loca.






Y eso, me gusta.

22.8.11

Hoy, al amanecer, me pidieron dar una vuelta y ¿sabes qué? No me pude negar. Le dije que sí, pero no incondicionalmente, esta vez no.
Ella claramente se negó.

17.8.11

No sé cuando comencé a alejarte de mi vida, a dejar que las agujas de tu reloj pasaran sin importarme en absoluto, a cerrar tus conversaciones cuando me hablas... ¡Ah, si! Claro que lo recuerdo, ¿cómo olvidar esa magnífica tarde en la que me destruiste? Claro, ahí comenzó esta nueva historia llena de rencor y odio,donde en pocas ocasiones existe la compasión.

6.8.11

Déjame fardar de titán.

Recuerdo que cuando conocí a Smaer no parecía lo que hoy es.
Hoy ha resultado ser un paladín con extrema valentía, un titán, que ha luchado por lo que más quiere y me ha demostrado que gracias al amor se puede luchar contra el deseo.
Yo le observaba mientras disputaba una batalla épica, sabía en qué momentos deseaba sucumbir y caer, aunque diera a demostrar lo contrario. No fue de repente, pero la batalla terminó, aunque no de una manera en la que lo esperábamos. Fue tan inesperado... Y sé que no es su culpa, ya que (aunque yo quiera pensar lo contrario) es humano y como todos, tenemos límites... Además, me he comportado de una manera muy miserable, no dudé en ponerle la zancadilla varias veces, solo para probar si sucumbía o era capaz de mantener su postura.


No, jamás he sabido cómo parar hasta verme metida de lleno en lo que no quiero que ocurra.

18.7.11

Pudo llenar con suspiros una habitación entera.
Ya no había nombres disponibles para ella, pero podríamos atribuirle una característica. Solitaria. 
Nunca eligió serlo y no tuvo problemas hasta hace un tiempo, porque empezó a sentir la necesidad de hablar con alguien pero, ¿con quién lo hacía? 
Realmente estaba sola y no podía más. Su mente le gritaba su nombre una y otra vez, sin descanso alguno, con desesperación. Como si le faltase el corazón... Sí, el corazón... Pero esto no era real, no podemos mentir a estas alturas, moriríamos de dolor. No es en absoluto algo real, es la ausencia que grita con angustia la falta de la cálida mirada del amor.

16.7.11

Sonidos del silencio que dicen más que infinitas palabras. Pero cuando acaba ese silencio para dar paso a un elevado exceso de gritos y voces que no paran de decirte lo que debes hacer y ni tan siquiera van a la par, cada una te dice diversos caminos, ahí te das cuenta de que en verdad necesitas ese silencio tanto como el respirar...O, quizá más.

8.7.11

Un sentimiento que no se corresponde con la realidad. Una media mentira, un sentimiento ideado por una mente perturbada sedienta que se aferra a una botella, aún sabiendo que no le servirá de nada, ya que no contiene líquido alguno.
Una Oda se alza al viento y susurra verdades de plomo, que caen sobre aquella perturbada con un peso que no quiere asumir. 
A ellas no les gustan sus verdades.

7.7.11

Sí Alice. Las dos sabemos que en el fondo, Kath sentía tal envidia que dañaba hasta el cariño que existía entre ellos, aunque Mily intentaba olvidar ese sentimiento feo. Ella no quería que más cosas empeorasen por culpa de los caprichos de Kath, porque Kath... Bueno, ella ansía tenerlo todo, y si es a la vez, muchísimo mejor.

A veces la odio a más no poder...

2.7.11

En su último abrazo contempló un millón de razones por las que llorar, por las que echar de menos. Pero ella tenía que ser fuerte, porque era su pilar y si caía, caería todo a su alrededor.
Y todo se acabó, se marcharon mis ganas de amar(te).




30.6.11

Día y Noche, dos hermanas gemelas.
Día quería cerebros y Noche, corazones.

28.6.11


Esta ve z no tenían nada que ver con  Kath o  Mily, Luna o la vaporosa de Eyphímera.
Esta ve z era la propia Lorena quien debía elegir qué hacer.
Cogió a la pequeña diablesa que le encataba ca zar ratones y comer sandía en verano. Se tumbaron en la cama y Lorena le contó lo que le sucedía, todo eso que dolía. Se miraron. Ella la cogió y la puso encima suya.
-¿Qué hago Rem?- Sabía que no obtendría respuesta.
-¿Cómo elijo sin hacer daño?
Empezó a llorar y no cesó hasta que le dolió el alma.

26.6.11


Capricho: Antojo, deseo pasajero y objeto de ese antojo o deseo.
Dolorosamente es una palabra que me trae de cabeza.

1.6.11

Volví a encontrarme al Amanecer en sueños. Se me antojó como algo del pasado,  lejano y que debería ser olvidado.
Él me dijo que somos personas en tránsito en la vida de la mayoría de las personas y que debemos ceñirnos a nuestro papel. Que pasado un tiempo, nos transformamos en recuerdos lejanos que pasan al subconsciente y que todo lo que pudimos sentir, se vuelve etéreo.

29.5.11


10 caprichos, 9 sonrisas, muchas curiosidades, infinito cariño.

Fueron momentos realmente buenos, realmente felices en los que lo único que le importaba, era verle después de las clases, allí sentado en su sitio preferido del sofá.
Él fue quién le enseñó a ser curiosa en la vida, le enseñó que lo más grande se encuentra en las cosas más pequeñas. Fue Él quien le dijo que hay que luchar por lo que se quiere, costase lo que costase. Y que se puede dar infinito cariño a las personas.
Supo darle 10 caprichos a los que ella correspondió con 9 sonrisas.

Unos días antes de que la catástrofe se cerniera sobre la pequeña Luna, ésta ya sabía lo que iba a ocurrir. Pero era demasiado pequeña para aceptarlo, era demasiado pequeña para comprender por qué se iba y por qué no podía decirle ni tan siquiera un Adiós. 
El día anterior a todo, Luna le confesó sus miedos a su mejor amiga, a Iris, su gatita gris con un ojos lila y otro marrón.
Iris no se separó de Luna en ningún momento mientras le contaba que sería una noche verdaderamente larga para esperar lo peor. Estuvo junto a ella mientras lloraba las mil lágrimas que le correspondían a la noche anterior a todo.
Las horas pasaron pesadamente para todos, incluso para la portadora de malas noticias, la que fue directamente a ver a Luna y decirle que todo había terminado para Él. 
Ya no habría más caprichos, ni sonrisas, ni cariño que pudieran equivaler a Él. Todo terminó ahí.

Una noche, larga espera, una portadora de malas noticias, un millón de lágrimas, ningún Adiós.




                           Te querré, no por siempre, sino toda mi vida.

17.5.11

¿Cómo decirte que tengo un nudo inmenso en la garganta? Un nudo que me impide pensar y respirar con ganas. Que me impide hasta escribir esto.
Son ideas contradictorias, ideas que no rozan la base de la locura, sino que las sobrepasan con creces y me siento muy perdida. 
Cuando sus palabras volvieron a renacer en mis ojos, volvieron los recuerdos rotos y las promesas olvidadas.
Y aunque todo comenzó de la misma forma en la que empiezan las amistades tempranas, esto terminó de una forma que nadie supo ver de manera evidente.
En verdad no puedo preguntar adónde fuiste, ni por qué atravesaste esa puerta a otro lugar. No puedo preguntarte por qué no volverás, no... no puedo, porque quien se marchó esta vez, fui yo. Sin más. Sin Adiós, sin ni siquiera esa última mirada de despedida. Nada. 
Sabíamos lo que estaba pasando en nuestro mundo, ese terremoto que todo lo arrasaba, ya no podíamos ( o por lo menos yo) estar tranquilamente allí, sin temer constantemente que todo se pudriría al no haber casi nada.
No diré que la lucha continua, porque mi ganas se esfumaron. Porque todo lo que siento cuando estoy contigo se esfuma al vacío,sin poder remediarlo, a un lugar irrecuperable y no tengo fuerzas para recuperar los buenos momentos.
Sabemos que es cuestión de tiempo.

16.4.11

En un lejano lugar existían un sin fin de objetos idénticos, hasta en el más recóndito lugar.
Pero entre todo ese amasijo de objetos se escondían 8 letras, que ordenadas de cierta manera, llegan a expresar un millar de emociones.
Nadie sabía el significado ni había experimentado el sabor tan dulce que nos producen, a veces, esas letras. Nadie sabía eso excepto la pequeña guardiana, nuestra Guardiana de Estrellas. Ella había salvado a muchísimas estrellas, como aquellas heroínas de cuento que lo salvan todo en el último momento.
Y aunque había saboreado palabras llenas de dolor, sufrimiento, algunas bellas y otras saladas... Sin duda se quedaba con las 8 palabras que estaban dibujadas sobre esa piel de tono rojizo. Ella se quedaba con ese te quiero.

28.3.11

Inmersa en un lejano mar donde no hay ni vida ni luz. El agua es muy densa y ni siquiera me permite nadar.
Noto como mis pulmones necesitan desesperadamente aire. Me voy asfixiando poco a poco y no puedo hacer nada por remediarlo. Lloro desconsoladamente, llena de impotencia y con un nudo inmenso en el pecho. 
Pareció pasar un milenio antes de darme cuenta que había una extraña luz dorada cerca de mí y siento casi inconsciente cómo me arrastra. No sé si me lleva a la superficie o al infinito fondo que encierran esas aguas negras.
Al despertarme me encuentro con un paisaje donde reina la oscuridad. No hay ningún color, solo un sinfín de diminutas motas de polvo que desprenden una extraña luminosidad dorada.
- Tienen el mismo color que aquella luz... Aquello que me salvó.

26.3.11


[...]I hate to present my head over my heartBut I can not do something to remedy itWhy the hate I feel, touches my soul and destroyed [...]



Tumbada boca abajo escuchaba esa canción que parecía ser más que unos simples versos. 
No era capaz de quitarse aquella sensación de injusticia que aparecía siempre con esas personas. Por eso, a los engranajes de aquel corazón herido de bala, les costaba más aún recuperarse. Nunca conseguiría aquel objetivo, nunca vería más allá y jamás podría elegir correctamente.
Se odiaba.

25.3.11

Susurros de estrellas. Susurros bonitos que dejan marca en tu interior, aunque... bueno, esta vez sí eran bonitos, pero se quedaron en solo unos susurros que terminaron por amargar a una guardiana que aún no sabía lo que quería.


-¿Por qué...?- una larguísima pausa. Quizá demasiado larga para una persona que aparentemente estaba viva.

24.3.11

Solo quería huir de esa situación que tanto le escocia en los ojos. Pero si salió a correr fue con la esperanza de que alguien le siguiera, le cogiera del brazo y ese alguien le dijera que no podía echar a correr, que si lo hacía, debería ser con él.
Pero claro, estas cosas solo ocurren en las películas y nosotros no estamos en ninguna de ellas, estamos en el mundo real donde no existen momentos mágicos si no sabes escoger a alguien.
Lo único que conseguía ver a través de los ojos de aquel Sam que aún no había nacido era vacío, un vacío infinito que incluso asustaba.
Sin embargo, lograba ver un sin fin de emociones a través de aquel alma que aunque estuviera perdida, estaba junto a mí. Y volvía a darme rabia porque, una vez más, no podía elegir a quien yo quisiera.

18.3.11

- Es decir, que tiene miedo.
- Pero, miedo a qué, cariño.
- No lo sé, creo haberle escuchado algo sobre que no quiere enamorarse. Mira por ahí viene, se la ve un tanto triste. Voy a preguntarle.
Eyphímera se acerca a Mily y la abraza por detrás. A mily le asaltan lágrimas.
- Tengo mucho miedo...- Empezó a llorar como nunca. Simplemente con escucharla sollozar se te ponían los pelos de punta. NUNCA escuches a Mily llorar, podría destrozarte el corazón.
Kath, al escuchar a Mily, se acercó y también la abrazó.
- Tengo miedo de que todo vuelva a desmoronarse. No quiero volver a escuchar cómo se desgarran mi corazón y mi alma al unísono. No podría volver a pasar por ello. No quiero que todo termine entre sombras que solo saben recordarme lo amarga que es la vida.- No podía parar de llorar. Pero lo más doloroso era estar con ella y no saber qué hacer.
Kath le asió la cara y la puso frente a la suya.
- Cariño... Con miedo no puedes avanzar en la vida, no puedes quedarte aferrada a ese dolor.- Mily se desasió bruscamente y comenzó a llorar de nuevo.
- Dejadme, no quiero que nadie me diga que es lo que hay.- Kath no desistió y volvió a estrechar sus manos en la cara de Mily con todo el cariño que podía transmitir.
- Mily, escúchame como nunca lo has hecho. Escúchame cuando te digo que tienes que dejar a un lado ese miedo. Tienes que intentarlo, tienes que amar o en su defecto... querer lócamente. Sigue creando sueños y creyendo en ellos, pero sobretodo, VIVE, vive y enamórate.

12.3.11

Sinceramente... Tengo miedo cuando Mily se pare a pensar en todas esas canciones escritas que no deja de escuchar ni un solo momento. 
Se desatará el verdadero caos, la verdadera guerra entre la ira y lo que está bien hecho.
Cuando suceda... No quiero estar cerca... Es más, no lo estaré.

11.3.11

¿Por qué? ¿Por qué tiene tanto poder? ¿Por qué con una simple sonrisa podemos estar muy felices y con un efímero ...
Gilipollas. Lo has dado todo por nada, gilipollas, sobnormal. 
¿Por qué me afecta tanto?
..............................................................................................................


¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!








                                                                                                              Explotó el odio. 

9.3.11

De lejos se escuchaban sus dedos acariciar las teclas del piano. Era una melodía suave que te invitaba a seguir escuchando hasta el final.
Entré en su habitación. Era la más grande de la casa y estaba llena de adornitos. Un millón de detalles sobre las paredes. 
Estaba al lado de la ventana, concentrada y sumergida en aquellos recuerdos que le inspiraban la canción.
Cuando terminó aquella dulce canción, nos miramos y sin darnos cuenta, ya nos estábamos echando de menos porque sabíamos que esa situación iba a ser efímera.

4.3.11

Palabras para Kath y Ellyn.


No lo entendí muy bien, pero... Fue lo que sentí. Todo ese torrente de sensaciones que no me pertenecían. Su dolor. Aunque lo más correcto sería decir vuestro dolor.
Sé que no es algo que yo haya pasado, pero también me duele a mí (sí). Porque me duele no ver a mi Kath y a mi Ellyn disfrutar de sendas presencias, de irradiar ese halo de misterio que tenéis. De saber que vais a estar genial, si estáis simplemente mirándoos y saber que os costará tenerlo.
Me quedé prendada de vosotras, me quedé maravillada cuando me di cuenta de que era testigo de esa sensación que desprenden esas dos personas tan unidas, ante ese genuino ying-yang.
Simplemente es maravillo, y me siento privilegiada por ello.
Gracias.

G.E.

25.2.11

*

-¡¿Pero qué hace esa maldita estrella?!- gritó Kath.
-¿Quién es?- Preguntó Eyphímera.
-¿No lo recuerdas? Bueno, tú qué vas a recordar... Lo olvidas todo al momento.- Kath agachó la cabeza y la apoyó sobre sus rodillas, hundiendo su cara en aquel hueco oscuro.- Es una estrella del pasado. Una estrella que busca algo que perdió hace mucho tiempo...- Eiphímera notó cómo se iban quebrando las palabras de Kath conforme salían de su boca.
-¿Tan mal se portó?
-Sí, nos hizo mucho daño,- dijo Mily, apareciendo de sorpresa junto a ellas- tal que no lo pudimos soportar y tuvimos que ir a tu encuentro. Pero…- Kath volvió en sí y se quedó mirando a Mily, escrutando aquella mirada llena de emociones que tanto odiaba. Sabía lo que pasaría en las siguientes horas, y no lo quería permitir.
-No te permitiré que lo vuelvas a hacer Mily, no te permitiré volverlo a perdonar. No se lo merece, y lo que más me jode es que tú también lo sabes, sabes qué es pasar las noches enteras llorando pro algo inalcanzable, sabes cual es el sonido que produce nuestro corazón al desgarrarse en mil pedazos. Pero como eres tan tonta y estás enamorada, volverás a joderlo todo.- Lo dijo con tantísima ira que hizo que tanto Eiphímera como Mily, tuvieron que retroceder unos pasos.
-Kath, cariño…
-¡Ni Kath ni estrellas! No te lo permitiré.

21.2.11

Me encanta cuando tu indescifrable mirada me recorre de hito en hito. Y más aún, cuando después le siguen esas caricias que son capaces de traspasar cualquier frontera.

17.2.11

*

No puedo hablar de gorros rojos y bufandas blancas, porque alguien me arrancó esa parte de mi cerebro donde almacenaba todas esas historias. 






FIN.

25.1.11

-¿Qué te pasa?
-¿Que qué me pasa dices? ¿Es que acaso, no lo ves?- Kath no podía relajarse, esta vez no.- ¿No ves que estoy cansada? 
-No... No te comprendo.- Eyphímera no entendía qué es lo que sucedía con Kath.
-Claro que no entiendes, no tienes ni puta idea de nada. Todo se te olvida, no sabes hacer nada porque aunque te lo explique mil veces, lo olvidarás todo.
-Podría ayudarte. Desahógate conmigo.
- No serviría de nada.
-Claro que sí, te sentirías mejor.
-¿Mejor? Creo que olvidé qué era eso... -Kath se quedó con la mirada perdida.- Creo que no volveré a tener ningún recuerdo agradable con ese ángel caído. Lo ODIO, ¿vale? Lo ODIO.- Se dio la vuelta llena de rabia y dolor, agarró sus rodillas y sus hombros empezaron a convulsionar. Eyphímera se acercó y se sentó a su lado, se limitó a  observar.
- Estoy cansada de ser buena con él, no me sirve de nada, pero no puedo huir. Aún no. Necesito más tiempo, pero no lo tengo, ni tampoco la paciencia suficiente. Hasta ahora me ha ayudado Mily, pero ella está también cansada. Hasta ahora, nadie ha podido salvarnos...- Se levantó de la cama y con la mirada enrojecida salió de la habitación y desapareció.

23.1.11

Aquellos destellos que se podían ver en aquel tarro de cristal me estaban indicando que tenía ante mí alguien especial. O bien una estrella o bien un cometa. 
La guardiana tiene miles de frascos llenos de los restos que va dejando la estela de los astros. Las personas que no saben de dónde proceden lo llaman purpurina.

20.1.11


No era uno de esos príncipes pijos y tontos, por lo menos yo no lo veía así. Ni siquiera era un príncipe común, no vestía de azul y le gustaba jugar a la play.
Esta vez no estaba alegre. Hoy lucía su sonrisa triste, intentando ocultar secretos que se escapaban por sus ojos.
Conocía a mucha gente, pero hasta el momento indicado, no supo que tenía ante él a la mismísima Guardiana de Estrellas.
Esa persona que embotella estelas de astros lejanos, esa que intenta cuidar lo mejor que puede a las estrellas más cercanas.
Por algún motivo desconocido, el príncipe ignoraba los gritos de ánimo que le mandaba nuestra amiga cuando éste pasaba por su lado, los dos disfrazados. Ni siquiera veía que le intentaba ayudar.
Antes de nada, debo aclarar que la guardiana carece de paciencia y nunca se le dio bien esperar. Por ello, intentó dejar al príncipe a su aire.

17.1.11

Iethan

No era ni rey, ni príncipe. Ni siquiera descendía de la dinastía Sahari. Simplemente era Iethan. 
Una noche de luna llena, cuatro personas lo encontraron en mitad de un camino cercano a Lienca. Vieron que de su pecho colgaba un brillante colgante y decidieron robárselo. 
 De repente surgieron tres flechas de la oscuridad. No les dio tiempo a articular gesto alguno porque acertó sin dudar en cada corazón. El que logró escapar pudo ver desde lo lejos, unos ojos rojos bajo una capucha oscura. El hombre misterioso recogió al bebe cubierto de barro y sangre. Extrañamente el niño estaba calmado, como hipnotizado bajo el efluvio de aquel satélite nocturno.
El  encapuchado se acercó a los cadáveres y recogió sus flechas, parecía que no le gustaba desperdiciarlas en batallas tan simples. Y sin más, desaparecieron los dos.
El hombre que sobrevivió, observó la escena con demasiado miedo a mover un sólo ápice de su cuerpo. Su miedo duró 2 días más.

4.1.11

El corazón escacharrado

¿Me dejas contarte un secreto? Uno de los más perturbadores que yo pueda contarte. Ven, acércate y siéntate.

Las agujas de mi reloj dejaron de funcionar hace 3 meses. ¡Y no me di cuenta hasta ayer! ¿Te lo puedes creer?
¡No seas burra! No funciona con pilas, solo va con los rayos que incide el Sol sobre él, funciona con el calor que irradian los sentimientos. Y no, ya no funciona con una bombilla cualquiera.
Solo andará con el Sol y desde hace mucho tiempo está nublado por estos parajes.

Estoy algo preocupada porque no sé cuándo volverá a funcionar y necesito de buena gana, que vuelva a andar. Mientras me entretengo manipulando las agujas con mis propias manos, aunque esté prohibido.
No me mires así, si no hiciera eso, me volvería más cruel de lo que he sido hoy.

2.1.11

¿Tan poquito tiempo ha pasado? 
Casi puedo escuchar aún nuestras respiraciones entrecortadas y el amor que destilaban nuestros dedos, con cada roce que existía entre nosotros.
- ¿Veo arrepentimiento en tus ojos?- le preguntaba.
- No.
- Sabes que volverás a arrepentirte, lo sabes de sobra.
- Nononoo, me odiaré.
- Y sé que le echas de menos.- No le dejaba respirar entre pregunta y pregunta.
- ¿Quién no ha echado en falta alguna vez algo que ya no tiene?
Silencio.
- El que calla, otorga querida Kath. Y déjame en paz, lo que sea, será.