17.8.11

No sé cuando comencé a alejarte de mi vida, a dejar que las agujas de tu reloj pasaran sin importarme en absoluto, a cerrar tus conversaciones cuando me hablas... ¡Ah, si! Claro que lo recuerdo, ¿cómo olvidar esa magnífica tarde en la que me destruiste? Claro, ahí comenzó esta nueva historia llena de rencor y odio,donde en pocas ocasiones existe la compasión.

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