24.12.11

Llovía en la noche o quizá más bien granizaba, no me fijé. Qué le vamos a hacer; es lo que solía decir Kath.
Sé que a ella le dan miedo las noches tormentosas y por eso se tiró casi toda la noche en vela. 

Cuando amaneció, la vi plácidamente dormida aunque esta vez no sonreía. Esta vez  la encontré con los surcos de unas lágrimas constantes. Intenté limpiárselas pero con tan mala suerte que me abofeteó (mera autodefensa) y a continuación se despertó sobresaltándose.
- ¿Te he hecho daño?¿Te duele?- Me preguntó.
- No, preciosa- sonreí. -Lo único que me duele es el alma de saber que no paraste de llorar y que no hice nada para impedirlo- pensé.


17.12.11

¿No tienes suficiente, verdad? No paras hasta que sientes que eres la dueña del aire que necesitan, buscando los medios necesarios para conseguirlo, sea como sea.
Das asco maldita zorra.