18.9.11


Pero justo antes de rozar las piedras afiladas y quedar físicamente destrozada, se le apareció algo. Era una luz muy intensa, de colores extraños. La sujetó y meciéndola, la llevó hasta un lugar seguro.
- No hagas jamás eso.- Dijo el resplandor- No vuelvas a sentenciar tu vida. No quiero ver cómo mueren tus ganas por todo y menos aún quiero verte llorar.
En ese momento se alejó casi a la velocidad de la luz.
- Desde aquí parece una estrella...- Dijo M y al instante palideció a causa de haber recordado lo que una vez le dijeron:
- "Lo único que debilita a las estrellas son sus propias lágrimas"

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