29.9.10

Doble

Hablemos de aquella maldita estrella que le hizo desear todo, hasta lo inalcanzable.
Deseó mirar el cielo con tanta intensidad que creyó en la posibilidad de que unas enormes alas le crecerían.
Llegó a sentir tal dolor, que deseó irse lejos de todo lo que conocía, deseó olvidarlo todo.
Katherina estaba muriendo, y yo odiaba a esa estrella con demasiada fuerza.

No hay comentarios: