Aquella estrella era de las más altas. Era de las más inalcanzables. Y de las más preciosas que podrías ver al alzar la cabeza.
Pero ahí donde la veis estuvo junto a mí, cuidándome y protegiéndome. Y sí, por aquellos días, me atrevo a decir que a mí me quería más que a nadie.
Yo le di todo mi cariño y hasta casi me enamoré de ella.
Pero ahora... Ahora ella está allí y yo aquí. Y por lo que veo todas las noches... Me olvidó.
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