24.9.10

Su sonrisa


Quiso que el universo tomara parte de ello. Pero esta vez, escuchó susurrar a una estrella. Le escuchó susurrar palabras de amor.
Fue como si el viento te acariciara una oreja, como si pisaras las hojas secas de los árboles, como cuando te dan un susto y como cuando te rompen el corazón.
Pero aún así, vi que ella intentaba sonreír. Pretendía modelar la sonrisa más bonita que nunca hubieras visto.  Tal, que derretiría al mismísimo Sol, que cambiaría la dirección del Viento y hasta perturbaría a un muerto.
Ni nada ni nadie podría suprimir aquella maravillosa sonrisa de sus labios.
Kath pensaba que todo estaría mejor ahora, porque se había propuesto no adentrarse en aquel efímero mundo. Se lo dejaría todo al transcurrir de la vida.
Pero cometió un grave error. Por un instante abrió la puerta que le conduciría a esa dimensión. Oteó el horizonte y descubrió la destrucción de su muralla. Una magnífica muralla construida con los mejores materiales existentes. 
Mentiría si dijera que no pasó nada en el interior de Kath. Volvería a mentir, afirmando que esa sonrisa no se movió ni un ápice.


Ella volvía a saborear en sus labios palabras que no le pertenecían.
También cometió otro error: albergó esperanzas. 
Y me duele decir que yo, simplemente contemplaba cómo Kath se iba consumiendo bajo su cielo estrellado día a día.

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