Hoy Alicia quiso llorar y se acercó a mí.
Me hablaba tan bajo que no era difícil dejar de escuchar la tormenta de nieve que estaba tras la ventana, pero no dejó de hablar. Me estuvo contando que no soportaba que el mundo fuera al revés, porque ella no sabía caminar hacia adelante.
Se odiaba a sí misma porque, según ella, era ilegal obsesionarse con el destino prohibido y lo estaba haciendo. “ No, yo no quiero que me pase eso”, me decía, “eso es malo porque cuando existe esa obsesión deja de existir el mundo y yo quiero que tu estés aquí conmigo”.
1 comentario:
Muy fuerte.!! las obsesiones no son buena pero aveces intentamos hacer cosas q "segun no son correctas" para otros pero q al final dependen de nuesttra felicidad..!!
besos lunaticos y q tengas una buena semana =)
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