22.12.10

El ángel caído

Puedo decirte que el ser que desgarraba todas las noches las entrañas de Catherina era un ángel caído. Sí, te explico. Cuando un ángel es atrapado por las garras del dolor y la desesperación, se vuelve loco, convirtiendo su esencia en una energía maligna. En este proceso podemos apreciar cómo se le terminan cayendo las alas para dar paso a una maraña de espinos, que se terminará incrustando en gran parte de su espalda, aportándole sufrimiento eterno. La piel pierde esa tonalidad característica de los ángeles. Sus facciones se trocan afiladas y sus ojos atribuyen un rojo muy peculiar, añadiendo fiereza a la mirada. Por eso Katherina no puede mirarle a los ojos, tiene miedo, mucho miedo. Aunque desde la transformación de ese ser, siempre lo ha tenido.
Y jamás podrá volverlo a escuchar gritar sin que los recuerdos la atrapen, sumergiéndola en la más dolorosa traición
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