Es magnífico sentir las gotas de lluvia sobre tu pelo. El olor que desprende la tierra después de haber soportado horas de lluvia.
Ella estaba bajo la lluvia, y a cada paso que daba, algo que no alcanzaba a vislumbrar, la ensartaba con algo puntiagudo. Aquello solo apuntaba directamente al corazón. Y dolía... Dolía mucho.
Y Créeme cuando te digo que casi perdió el equilibrio mi pequeña guardiana de estrellas. Dudó, pero inspiró hondo, y siguió hacia delante.
Ella solo quería ser feliz y no sabia cómo hacerlo.
Ella solo quería ser feliz y no sabia cómo hacerlo.
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