11.11.10

Me encontraba en una ciudad lejana. Lo sabía, porque allí no hacía frío y era de día.
El cielo estaba teñido de tonos azulados que se mezclaban con las nubes amarillentas y rosáceas. A través de las nubes se filtraban haces de luz, como si alguien poderoso quisiera indicarnos dónde mirar.
Los edificios eran altos y la mayoría puntiagudos, todos teñidos de colores oscuros. A lo lejos se veían grúas poderosas y construcciones sin terminar.
Me encontraba en Yumenoshi. Una ciudad perdida que se alimentaba de sueños destilados y mal de amores.

2 comentarios:

Ciudadana Lunatica dijo...

no quiero ir a esa ciudad ni de curiosidad...

Diane Ross dijo...

Yo sí quiero ir, tiene que ser interesantisima (: